Silvia Rapisarda, jefa del Programa Cultura, expresó que “Sueños del arte” es un orgullo para toda la provincia y recordó cómo fueron los primeros pasos de este grupo de personas que trabajan en diferentes disciplinas artísticas. “Cuando el sistema comenzó, sus integrantes tenían diferencias en cuanto al nivel de conocimiento sobre música, canto o danza, pero contaban con un sentimiento común, que es la pasión por el arte. Esto permitió que cada integrante a su tiempo fuera progresando. Algunos descubrieron nuevas potencialidades, otros fortalecieron sus saberes y hoy, las 903 personas que lo integran están incluidos y capacitándose dentro del ciclo de formación propedéutica. Esto les permitirá tener una certificación que los acredite y habilite posteriormente a llevar adelante el oficio propio de cada disciplina como “Asistente y Formador Artístico”, lo que se transforma en un componente sumamente importante a las características de inclusivo, formativo y cultural que tiene esencialmente “Sueños del Arte”, aseveró la funcionaria.
Otro de los aspectos que Rapisarda destacó del sistema, fue la capacidad de adaptación que desarrollaron profesores y alumnos para poder continuar de manera virtual con el trabajo que se desarrollaba de manera presencial. “Nos sentimos muy orgullosos por el trabajo que realizaron todos los integrantes de “Sueños del Arte” porque más allá de los cambios que determinó el aislamiento social, preventivo y obligatorio, cada uno puso lo mejor de sí, con el acompañamiento constate de los coordinadores para que las capacitaciones continuaran”.
La jefa de Subprograma “Sueños del Arte”, Luján Espinosa, también resaltó que cada integrante del sistema abriera las puertas de su hogar para mostrar su trabajo durante la cuarentena a través de videos. “Es importante destacar el esfuerzo realizado por Sueños del Arte para realizar distintos audiovisuales durante la primera etapa de este año. Allí pudimos ver más logros alcanzados durante la cuarentena, y que la distancia no impidió que generaran canciones, coreografías y siguieran incorporando nuevos conocimientos.”
Cuando el Arte transforma vidas
Actualmente “Sueños del Arte” está integrado por 903 personas. Cada una con su historia de vida distinta, con sus particularidades, pero con el mismo sentimiento de pasión por el arte y las ganas de progresar. Durante estos dos años se dieron a conocer alguna de ellas, pero rescatamos dos testimonios que muestran la amplitud de vivencias que se encuentran en un mismo espacio artístico.
Sara Salice tiene 34 años, le gusta estudiar, leer y aprender. Tuvo una infancia y adolescencia muy difícil, y aunque todo parecía haber mejorado luego de casarse, nada de lo que había soñado sucedió. Se separó hace más de 4 años. Actualmente está sola con sus 5 hijos, quienes se sienten felices porque la mamá trabaja aprendiendo danzas folclóricas y además puede ensayar con ellos en su casa. Sara agradece la oportunidad de trabajar en Sueños del Arte, continuar su formación y progresar para que en unos años sus hijos puedan y a la universidad y terminar la carrera universitaria que les guste.


Por otra parte, conocimos a Nelson Reyes Barnad. Tiene 77 años, es jubilado y uno de los voluntarios de Sueños del Arte. Es un espacio que asegura, le cambió la razón de sus días porque se siente contenido, sigue aprendiendo y comparte sus conocimientos de música con quienes recién inician el camino de la música. Por eso afirma: “Esto me ha cambiado la vida. Me siento realizado porque es lo que he deseado siempre. Además, mis compañeros son todos jóvenes y me tratan con tanto respeto que me hacen sentir muy bien”.
¿Cómo nació “Sueños del Arte”?
El 3 de julio de 2018 el gobernador de la provincia de San Luis, Alberto Rodríguez Saá, anunció la creación de un sistema de bandas, coros y grupos de danza dentro del megaplan “Sueños Puntanos”.
El sistema comenzó incorporando a los integrantes del Plan Solidaridad que estuvieran interesados en aprender o perfeccionarse en alguna de las disciplinas artísticas relacionadas con música, canto o danza. Si bien el sistema tenía como prioridad incorporar a beneficiarios del Plan Solidaridad, también abrieron las puertas a la comunidad. Así fue como mayores de 18 años, se sumaron como voluntarios y encontraron un espacio para aprender, perfeccionar o compartir conocimientos.