Florencia Acosta, radicada en la Villa de Merlo, contó que comenzó desde muy chica dibujando y haciendo talleres. Su madre le enseñó a bordar y fue así que empezó a diseñar bordados en las prendas de sus amigas. “Luego hice un polivalente de arte y al terminar viajé por Latinoamérica, me conecté con muchas expresiones artísticas y desde entonces participo de ferias y movidas culturales, además de dedicarme desde hace 20 años al diseño textil de indumentaria”, expresó.
Sobre sus obras la artista dijo que están definidas en su totalidad por el bordado, un lenguaje que le resulta íntimo y sensorial. Invita a evocar otros tiempos, a tocar y a sentir.
Con respecto al proceso explicó que surgió inmediatamente después de leer las poesías de Esther Guevara. “Visualicé una mujer enamorada y cautivada por la naturaleza, algo con lo que me identifico cada día, abrir ventanas y ver la maravilla de las sierras, sus flores y aromas”, dijo rememorando los paisajes que ve a diario en su Merlo querido.
Heredando legados