Desde junio del año pasado, las bibliotecas populares recibieron capacitaciones, asesoramiento legal, contable y técnico por parte del Gobierno provincial con el objetivo de regularizar, colaborar y facilitar la integración ante la CONABIP. Esta iniciativa también buscó consolidar redes entre las diferentes comisiones.
En San Francisco, los orígenes de la biblioteca se remontan a 1910 cuando una comisión conformada por 18 vecinos recibió obras de Juan W. Gez, Dalmiro S. Adaro, Felipe Velázquez, entre otros autores puntanos ilustres. Aquellas primeras propuestas estuvieron impulsadas por el destacado educador Cornelio Moyano.
Desde entonces, la biblioteca funcionó en la Escuela Normal. “Luego, en 1933 asume como presidente Agustín Montiveros, esposo de la escritora María Delia Gatica, quien obtiene un edificio propio, donado por el gobernador Ricardo Rodriguez Saá. Así, en 1936 quedó inaugurado el edificio propio. ”, repasó Liliana Heredia, a cargo de la biblioteca.
“Hubo luces y sombras en la historia. El pueblo disfrutó de múltiples actividades, aunque lo cierto es que por mucho tiempo estuvo cerrada y abandonada, con la consecuente pérdida de ejemplares y el deterioro del edificio, pero durante la gestión actual intendencia se designó un normalizador para establecer una comisión”, indicó.
“Durante el año pasado, nuestra institución trabajó para actualizar su situación ante CONABIP. Hemos realizado diversas actividades en el salón de usos múltiples con escuelas y el festival de cine. El 30 de octubre durante el aniversario de la biblioteca se abrieron las puertas para que la comunidad pudiera disfrutar de los servicios, y este año realizamos la primera ronda de lectores, el 11 de febrero, donde contamos con la presencia de escritores de la ciudad de San Luis, Villa Mercedes, Luján y San Francisco”, repasó.
“Estamos recibiendo ayuda permanente del municipio y de los vecinos para seguir trabajando por la comunidad. También estamos gestionando la recuperación del antiguo edificio y adquiriendo nuevos materiales. Tenemos 6.200 libros en exposición y alrededor de 4.500 todavía en cajas hasta contar con estanterías”, detalló Heredia.

