“Cuando Pringles vuelve de la campaña del Perú tenía varias heridas, no estaba apto para el combate y, en enero de 1831, cuando estaba convaleciente en su casa el general Paz, a punto de enfrentarse a la liga federal, le pide que lo acompañe, en una carta secreta donde dice: ´Pringles venga, aunque sea en cama, porque su sola presencia nos va a sumar a la causa´. Así sabemos que el bravo puntano ayudó a Paz en las batallas de La Tablada y Oncativo que fueron los grandes triunfos de los unitarios en contra de Facundo Quiroga”, recordó Fourcade.
Nacido el 17 de Mayo de 1795, el destacado coronel combatió bajo las órdenes de dos grandes libertadores, San Martín y Bolívar, al tiempo que fue laureado en diversas geografías por sus proezas militares. Tuvo una hija, Fermina Nicasia, fruto de la unión con Valentina Villegas. Por su coraje y ejemplo, Juan Pascual, hijo de Gabriel Pringles y Andrea Sosa, llegó una de las páginas más emancipadoras de la Puntanidad.
“Tenía un porte más vinculado a la obediencia que a la jefatura. Lo que se supo de su vida fue por los otros, ya que él no contaba demasiado sobre sus hazañas o enfrentamientos con los españoles, al contrario permanecía con bajo perfil. En el libro ´Apoteosis de Pringles´, la biografía más completa, escrita por Juan W. Gez, están las cartas de sus compañeros militares donde destacan las virtudes de Pringles: honradez, humildad, pulcritud”, señaló el historiador.
“Recordemos también que en Chancay, Pringles cae prisionero de los realistas porque desobedece a San Martín. El Padre de la Patria estaba haciendo una guerra diplomática en el Perú porque en ese momento había informaciones de que el ejército realista se podía volver en contra del reino de España, ya que habían empezado a surgir ideas antimonárquicas. Por eso, San Martín trataba de lograr alianzas, sin arriesgar vidas ni bienes, para que las fuerzas enemigas se pasaran al bando patriota. Y en ese ínterin, cuando Pringles lleva un mensaje es sorprendido por los españoles y, en vez de ponerse a salvo, da batalla en Chancay. El puntano se pone en la escisión de la muerte o entregarse, e intenta morir en el mar pero los españoles lo instan a que retorne. Le dan ciertas garantías por lo que después de estar prisionero hay un cambio en la negociación”, repasó Fourcade.
En noviembre de 1820, por esa acción heroica en Perú, Juan Pascual recibió una medalla de San Martín con la inscripción: ¡Gloria a los vencidos de Chancay!, y luego fue condecorado con la “Orden del Sol”, por Simón Bolívar.
Posteriormente, en poco más de una década, el 19 de marzo de 1831, a los 36 años, el máximo héroe puntano agonizó por un disparo de la vanguardia federal, en el Chañaral de Las Ánimas, cerca del actual Dique Paso de Las Carretas.
“Ahora en los estudios que estamos revisando nos encontramos que Río IV fue bravamente defendida por Pringles con el pueblo y un grupo de soldados durante tres días para que Facundo Quiroga no pueda ingresar. Pero, un mayor que había sido su compañero en el regimiento de Granaderos, comete una enorme traición mientras está sitiada la ciudad y le brinda información clave a Quiroga”, detalló el presidente de la Junta de Historia de San Luis.
“Después de dar una batalla que pierde raudamente, Pringles comienza a retirarse hacia San Luis y se da cuenta que lo van a vencer, entonces, según una anécdota, les dice a sus soldados que vuelvan a sus pueblos. Tiene un entredicho con algunos hasta que los obliga que se vuelvan todos. El único que se queda es el hijo del gobernador Videla. Eso demuestra que Pringles pudiendo haberse escondido o huido decidió enfrentar su destino, liberando a su tropa para evitarles una muerte cruel”, destacó.
“Si hubiese llegado hasta el final de sus días creo que hubiese muerto pobre, como la mayoría de los patriotas. Después de esa pérdida, a su familia, por ejemplo, que eran comerciantes prósperos e influyentes, Facundo Quiroga los obliga a huir hasta Mendoza y luego a Chile. Es decir que los Pringles quedaron prácticamente sin nada”, señaló Fourcade.