Horacio Alberto Rodríguez, más conocido como “Pato”, inició su camino en la música a los 12 años cuando comenzó a integrar el coro de Olga Müller, asimismo acompañado de sus hermanos fue parte del Orfeón Puntano que dirigía el profesor Augusto P. Müller.
Junto a Luis Rodríguez, uno de sus hermanos, Yando Canali y Tito Lucero, formó su primer grupo musical llamado ‘Los Tres’, orientado a la música centroamericana; dando comienzo a su carrera por los distintos lugares bailables de la ciudad de San Luis.
Tiempo después, inició una carrera de solista, la cual continuó en Buenos Aires, donde se presentaba cantando y tocando en distintos pubs nocturnos de Vicente López y San Isidro. Más adelante, a través de allegados, siguió con la profesión que tanta felicidad le daba por Brasil, donde vivió durante seis meses.
Junto a Carlos Mora, Daniel Ojeda, Armando Limina, Carlos Quinzio y casualmente, Carlos ‘El Loco’ Tobares armó el grupo Bossa Brass (que significa voz de bronce). Allí hacía todo tipo de música: romántica, tangos, centroamericana, salsa y hasta tarantelas.
Más adelante, le surgió la posibilidad de viajar a España. Se radicó en Barcelona, y de allí salía a tocar por distintas ciudades, siempre rodeado de buena gente y de excelentes músicos.
Luego de vivir casi cuatro años en el viejo continente, “Pato” regresó a los 27 años al país que lo vio nacer, sentando bases nuevamente en Buenos Aires, aunque cada tanto volvía a San Luis, tierra de la que nunca se olvidó. En aquel momento se presentaba en distintas provincias, como Córdoba, San Juan, Mendoza o Santiago del Estero, actuando en casinos y también en televisión, en una carrera exitosa que continúa hasta la actualidad.
A la par de su carrera musical y de sus continuos viajes por el mundo, Rodríguez se casó con Nora Carreño, quien falleció en junio de 2020 y con quien tuvo cinco hijos: Emanuel; Joji, Matías, Juan Pablo y Paula.
Si bien el músico ya pasó la barrera de los 70 años, continúa más vigente que nunca y con varios proyectos en mente. Días atrás se presentó en el Cine Teatro San Luis, en una innovadora propuesta de noche de jazz. Acompañado de dos grandes músicos y amigos como el pianista Sergio Muriel, y el saxofonista Fabio González, le regalaron al público un momento inolvidable.
Junto a Muriel llegaron a cantar en la vieja confitería Tropicana que estaba en el piso superior del Cine San Luis, que se encontraba en inmediaciones de calle San Martín y Belgrano, en una amistad que perdura hasta el día de hoy. Asimismo, el artista recordó que iba al cine y en más de una ocasión, como una travesura de niños, se colaba para ver las películas.
Con respecto a lo que representa la música para su vida, “Pato” aseguró: “La música es el centro de mi vida, si no hubiera música, no existiría”. Y agregó: “San Luis es mi lugar en el mundo y no lo cambio por nada”.

