A través de coloridas texturas, en las obras de Daniel Penna se manifiesta el ritmo vertiginoso e indiferente de las grandes ciudades donde vivió. Sin embargo, desde que pisó suelo puntano sus pinceles encontraron resonancias suaves, combinaciones naturales, aunque no perdieron el encanto por la abstracción elocuente y fascinante.
“Trabajé muchos años en Capital Federal, entonces mis cuadros transmitían el caos de la ciudad, hice muchas series con esos sentimientos, en cambio en San Francisco es como que me sentí más tranquilo y busqué otras formas. Creo que esta localidad te abre la cabeza en un montón de cosas como cambiar los colores, las paletas y hasta los sentimientos son otros”, expresó el creativo que tiene un emprendimiento artesanal en la localidad.
“Al principio teníamos pensado irnos a vivir a Córdoba, pero mi señora me sugirió San Francisco, ya que lo conocía de chica. Cuando lo visitamos, me encantó, sobre todo Banda Sur, y me imaginaba pintando en la plaza o en algún lugar, teniendo mi taller al aire libre y mirando hacia la Sierra. Estoy muy feliz por haber logrado ese sueño y por tener más proyectos en mente”, aseguró Penna.
“En cuanto a mis orígenes en el arte, mi padre dibujaba muy bien con acuarelas y plasmaba todo lo que veía en las plazas. Me mostró muchos de sus dibujos, pero en ningún momento se me ocurrió dibujar. Después, empecé a hacerlo en las tapas de los discos de vinilo con biromes y papel, lo cual implicó una formación autodidacta”, detalló el artista que el 18 de agosto cumplirá 60 años.
El camino creativo de Daniel comenzó en 2009 y se ha enriquecido a lo largo de los años a través de su participación en talleres con los artistas Claudio Gallina, Omar Panosetti y Emilio Fatuzzo. Además, su estilo se ha complementado con el curso de “Introducción a la curaduría” más sus trabajos en la gestión y montajes de exposiciones.
El 14 de abril, en Capital Federal, el artista plástico se presentó en la muestra “Los trabajos y los días”, junto a su colega y amigo, Darío Parejas.
“Estoy muy contento con la última exposición. Todo estuvo muy bien acondicionado y recibimos a mucha gente. Contamos con la presencia de un poeta, Darío Cantón, y un curador de lujo. Estoy muy contento de haber podido mostrar cuadros antiguos y de haber aportado una nueva mirada desde San Francisco del Monte de Oro, donde se nota un mayor aire en estas obras. Tuvimos muy buenas repercusiones y también vinieron algunos coleccionistas, lo cual es bueno”, expresó Daniel, cuyas obras han sido vendidas en subastas y que han obtenido el reconocimiento de diversas instituciones artísticas de prestigio nacional.
Actualmente, integra el grupo “Contemple Arte”, coordinado por más de diez creativos que desarrollan muestras colectivas e intercambios culturales en diversos espacios públicos del norte provincial.
“Siento mucha felicidad cuando pinto, como que el corazón se me agranda. A veces pinto dos o tres cuadros a la vez mientras voy armando algunas series. Me encanta el estilo de Felipe Noé. Siempre estoy dibujando y atento a lo que va surgiendo. Me gusta trabajar con cartones, boletos del colectivo y afiches”, compartió el artista que cambió su trabajo en las oficinas de control de transporte por los paisajes puntanos.
Daniel aseguró que si no hubiera incursionado en el arte, se hubiese inclinado por jugar para Racing Club. El fútbol es su otra pasión. Es un golazo que Penna todavía pinte y busque nuevas conexiones con los elementos serranos.





